Se recomienda acudir a la primera revisión a partir de los 4-5 años (siempre y cuando antes no se observe ninguna alteración o molestia en los dientes).

La revisión dental consiste en una inspección intraoral de los dientes, encías y tejidos blandos (mejillas, labios y lengua) para identificar y/o descartar algún problema bucodental a tiempo. La periodicidad varía según cada persona y su estado bucodental, pero para un individuo sano se recomienda una revisión cada 6 meses.

Los dientes deben cepillarse siempre después de cada comida. Por lo general, los cepillados más importantes son después del desayuno, después de la comida y después de la cena.

Cada dentífrico tiene un uso determinado según los problemas que se observen en cada paciente. Así, algunos son especiales para encías o para hipersensibilidad dental, con mayor concentración de flúor para remineralizar el esmalte y para la prevención de caries… El paciente siempre debe preguntar a su dentista cuál es el dentífrico más adecuado para él.

La sensibilidad dental suele estar provocada por una apertura de los túbulos dentinarios del esmalte (a nivel microscópico) que permiten la entrada de los diferentes cambios químicos y térmicos que se producen en la boca. También las recesiones de encía que deja expuesta la dentina radicular provocan mayor hipersensibilidad dental a estos mismos cambios.

Siempre que se tiene dolor dental se debe acudir al dentista a pesar de que este desaparezca al poco tiempo. Normalmente, es indicativo de que algo está ocurriendo y lo importante es averiguar si ha sido algo casual o está comenzando alguna patología (caries, infección, erupción de una muela del juicio…)

Un diabético tiene problemas con las heridas abiertas, ya que no tiene una buena cicatrización y mayor riesgo de infección. Lo importante antes de hacer un implante o cualquier procedimiento invasivo es que el paciente tenga el azúcar controlado. Después, se puede realizar cualquier procedimiento instaurando una profilaxis antibiótica, además de realizar el procedimiento con plasma rico en factores de crecimiento. Esto va a aportar a la herida quirúrgica/implante un mayor número de células que favorecen la cicatrización y disminuyen el riesgo de infección.

Sí, en el embarazo, tanto las encías como los dientes requieren de cuidado muy especial.

En esta etapa de la vida se necesita más cuidado dental debido a la alteración del PH salival generado por la presencia de ácidos estomacales, las náuseas y los vómitos. Lo ideal es tener una valoración inicial odontológica en el primer trimestre de embarazo y una cita mensual de prevención y control.

La limpieza oral juega un papel importante debido a que durante el embarazo se provoca un cambio hormonal que genera un aumento de presencia de placa bacteriana, aumento de grosor de los tejidos que rodean al diente, la encía se enrojece con más facilidad inflamándose y generando mayor presencia de sangrado.

los problemas gingivales durante el embarazo pueden afectar la salud del bebe, el principal riesgo es de sufrir un embarazo prematuro. Por otro lado, la presencia de sarro provoca que el sistema inmunitario segregue una sustancia denominadas interleuquinas y prostaglandinas que al atravesar la barrera hematoplacentaria pueden provocar un parto antes de las 37 semanas.

Las principales causas de la gingivitis en el embarazo:

1. Aumento de niveles hormonales: este aumento genera la aparición de inflamación de las encías y sensibilidad en los dientes.
2. Incremento de flujo sanguíneo: durante la gestación aumenta entre un 30 % y 50 % esto aumenta la tendencia a la inflamación de las encías.
3. Náuseas: las embarazadas pueden sentir aversión al cepillo dental y a la utilización de enjuague bucal, esto puede generar un descenso en la rutina de higiene oral, facilitando el desarrollo de enfermedades gingivales.
4. Vómitos: El PH salival es alterado por el ácido estomacal, dañando las encías y el esmalte de los dientes.

Los enjuagues son coadyuvantes del cepillado, nunca deben usarse como sustitutos. Aportan una mayor higiene a nivel desinfectante, además de mejorar la salud de las encías. También, aportan una mayor sensación de frescura.

La seda dental se usa para eliminar esos restos de comida entre los dientes que con un cepillo dental no es posible retirar. Es necesario que el odontólogo explique la manera correcta de hacerlo para no lesionar la encía. Los cepillos interdentales se usan igual que la seda dental, pero en pacientes periodontales, ya que estos tienen unas troneras (espacios entre dientes) mayores que un paciente sano y la seda dental no ¨barre¨ todo lo necesario.